Mujeres y sentimientos.
Para nosotras las mujeres, los sentimientos, los estados de ánimo y los afectos tienen mucha importancia. Las mujeres, debido a su acentuación del Yin, se sienten como en su propia casa en el ámbito de los sentimientos y puede aventurarse en este ámbito más libremente y de forma más natural. Admitir y expresar sentimientos, así como percibir los estados de ánimo y los sentimientos de otras personas es, por así decirlo, un don natural de la mujer.
En muchas mujeres los sentimientos y la sensibilidad han quedado disociados o sepultados a causa de vivencias traumáticas -abusos o malos tratos de tipo corporal, emocional o psíquico- por una educación que acentuaba o el rendimiento (la potenciación del plano racional niños, en detrimento del emocional), a través de relaciones que suponían una carga, o a través de la lucha por la subsistencia.
La cuestión es cómo podemos volver a contactar con esta capacidad y cómo podemos aprender a relacionarnos con los sentimientos y la sensibilidad, para que puedan volver a resurgir en la vida cotidiana. Analice con atención qué tipo de relación mantiene usted con sus sentimientos.
Sobre este tema, le propongo a continuación algunas preguntas que se puede plantear para comprender mejor su estado actual:
¿Como es el acceso a mis sentimientos?
¿Puedo experimentar sentimientos o entregarme a ellos?
¿Tengo miedo de mis sentimientos?
¿Comparto mis sentimientos, o al menos, los expreso?
¿Escondo mis sentimientos?
¿Los oculto?
¿Cuáles son mis pautas de disociación en relación con los con los sentimientos?
¿Me confunden mis sentimientos?
¿Qué sentimiento me resulta más cercano?
Hágase las preguntas dos veces. Examine primero su relación con los sentimientos positivos y la segunda vez investigando su trato con los sentimientos negativos. A lo largo del día puede profundizar en sus observaciones.
Esté especialmente atenta a la hora de establecer cuáles son sus pautas de disociación en relación con los sentimientos. ¿Qué sucede sentimientos se hacen notar? ¿Permanece en el todo?
Si no es así, ¿cuál de estas partes separa o disocia: la claridad mental, la cabeza, el corazón, el cuerpo o el propio sentimiento? ¿Cuál es la parte que tiene que fortalecer conscientemente para ser capaz de permanecer en el todo -o para regresar al todo-, y qué planos deben ser todavía mejor conectados entre sí?
Las mujeres que tienen miedo a admitir su propia fuerza y fortaleza, a menudo se pierden en estados de sentimientos difusos, y se adormecen envueltas en ellos. Se trata, en este caso, de una maniobra de evasión inconsciente, que surge al no poder expresar claramente qué y cómo se siente, que es lo que se piensa o qué es lo que no se quiere.
Muchas mujeres tienen un miedo exagerado a abandonar este ámbito de los sentimientos, porque es ahí donde se sienten más en casa, y donde a la vez se sienten a gusto y protegidas. A estas mujeres no les recomiendo aquellas formas de terapia y técnicas de autoconocimiento que subrayan aún más la parte del sentimiento. Para equilibrar este tipo de estados, también es importante confiarse al plano del espíritu. Solamente así es posible desarrollar la claridad mental y abrirse a nuevas dimensiones.
La cuestión es cómo podemos volver a contactar con esta capacidad y cómo podemos aprender a relacionarnos con los sentimientos y la sensibilidad, para que puedan volver a resurgir en la vida cotidiana. Analice con atención qué tipo de relación mantiene usted con sus sentimientos.
Sobre este tema, le propongo a continuación algunas preguntas que se puede plantear para comprender mejor su estado actual:
¿Como es el acceso a mis sentimientos?
¿Puedo experimentar sentimientos o entregarme a ellos?
¿Tengo miedo de mis sentimientos?
¿Comparto mis sentimientos, o al menos, los expreso?
¿Escondo mis sentimientos?
¿Los oculto?
¿Cuáles son mis pautas de disociación en relación con los con los sentimientos?
¿Me confunden mis sentimientos?
¿Qué sentimiento me resulta más cercano?
Hágase las preguntas dos veces. Examine primero su relación con los sentimientos positivos y la segunda vez investigando su trato con los sentimientos negativos. A lo largo del día puede profundizar en sus observaciones.
Esté especialmente atenta a la hora de establecer cuáles son sus pautas de disociación en relación con los sentimientos. ¿Qué sucede sentimientos se hacen notar? ¿Permanece en el todo?
Si no es así, ¿cuál de estas partes separa o disocia: la claridad mental, la cabeza, el corazón, el cuerpo o el propio sentimiento? ¿Cuál es la parte que tiene que fortalecer conscientemente para ser capaz de permanecer en el todo -o para regresar al todo-, y qué planos deben ser todavía mejor conectados entre sí?
Las mujeres que tienen miedo a admitir su propia fuerza y fortaleza, a menudo se pierden en estados de sentimientos difusos, y se adormecen envueltas en ellos. Se trata, en este caso, de una maniobra de evasión inconsciente, que surge al no poder expresar claramente qué y cómo se siente, que es lo que se piensa o qué es lo que no se quiere.
Muchas mujeres tienen un miedo exagerado a abandonar este ámbito de los sentimientos, porque es ahí donde se sienten más en casa, y donde a la vez se sienten a gusto y protegidas. A estas mujeres no les recomiendo aquellas formas de terapia y técnicas de autoconocimiento que subrayan aún más la parte del sentimiento. Para equilibrar este tipo de estados, también es importante confiarse al plano del espíritu. Solamente así es posible desarrollar la claridad mental y abrirse a nuevas dimensiones.
1 Comments:
At 7:32 a. m., Unknown said…
Hola, María Inés, me han gustado mucho los textos de tu blog. Mi nombre es Silvia Basteiro y soy Psicóloga. Trabajo en Almería (España), aunque de origen soy argentina. Organizo también grupos de mujeres, círculos de búsqueda de la mujer salvaje. Gracias por ese hermoso espacio que has creado.
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