Jardineras.
"Para muchas de nosotras, la jardinería es una actividad que alimenta nuestra alma. Nutrimos y alimentamos nuestras flores, verduras y árboles, que podamos, regamos y abonamos. A menudo, hablamos con las plantas que cuidamos. Cuando nos dirigimos a nuestras plantas de una forma suave y reconfortante, la energía que rodea a una planta se expande y se ilumina.
¿Qué clase de jardineras somos con respecto a nuestro propio jardín interior?
¿Lo cultivamos con una actitud amorosa?
¿Lo cuidamos con paciencia?
¿Animamos y apreciamos nuestro florecimiento y nuestra capacidad para dar fruto?
¿Qué clase de jardineras somos con respecto a nuestro propio jardín interior?
¿Lo cultivamos con una actitud amorosa?
¿Lo cuidamos con paciencia?
¿Animamos y apreciamos nuestro florecimiento y nuestra capacidad para dar fruto?
No hay ninguna otra flor como cada una de nosotras.
Cada una somos únicas y hermosas, dignas del más exquisito cuidado. Un ambiente interior compasivo nos permite florecer mucho más rápida y exquisitamente.
Permitámonos que la imagen de una flor surja suavemente en el ojo de nuestra mente.
Imagineemos que esa flor forma parte de nosotras y que está sedienta de aprecio y cuidados. Imagínate a ti misma regándola con una jarra hermosa, que la flor levanta su cabeza para aceptar el refrescante rociado de agua. Percibamos cómo sus raíces absorben agradecidas el agua que la mantiene y la capacita para vivir.
Permitámonos que la imagen de una flor surja suavemente en el ojo de nuestra mente.
Imagineemos que esa flor forma parte de nosotras y que está sedienta de aprecio y cuidados. Imagínate a ti misma regándola con una jarra hermosa, que la flor levanta su cabeza para aceptar el refrescante rociado de agua. Percibamos cómo sus raíces absorben agradecidas el agua que la mantiene y la capacita para vivir.
“Empápate de la sensación de ser nutrida."
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